Mi querido Celendín

Los ciudadanos nacidos en la provincia de Celendín (Cajamarca-Perú), solemos ser blanco de bromas socarronas, donde por costumbre, los cajachos nos tildan de tontos y normalmente nos comparan con los mundialmente conocidos “gallegos”.

Nosotros solamente aprovechamos la chacota para reír de una serie de ocurrencias y anécdotas que son creadas, incluso, por nuestros mismos paisanos. A los que con cariño llamamos simplemente “Nashacos”.

Pero toda esa ilusa burla con la que nos tratan se ve equilibrada con otras tantas anécdotas de gloria de cuántos Celendinos Ilustres llevaron en alto el nombre de nuestra tierra. Dentro de esos insignes pueblerinos están, por ejemplo, desde el gran Augusto Gil que nos dio reconocimiento internacional, pasando por Felipe Villanueva que trabajó en la NASA, hasta nuestro amigo Tinoco, brazo derecho del mismísimo Pavaroti, por citar solamente a algunos.

Y es que han podido llegar tan lejos y se han dispersado tanto por el mundo que de ahí surgió el dicho popular “los shilicos están vendiendo sombreros hasta en la luna”. Así es mi tierra señores, y aprovecho para enviar un gran saludo a todos mis paisanos, desde este espacio.

La Virgen del Carmen está guiando siempre nuestros pasos queridos hermanos.

Actualizado: ¿Ven el hermoso color azul de la foto?, por eso mismo a Celendín se le conoce como "El cielo azul del Eden".

2 comentarios

[Jose Abanto - 02 de marzo de 2008 - 04:57]

Gracias por su comentario Paisano Rafa, pero me parece que no terminó de leer todo el artículo que yo publiqué, y eso que usted opina es justamente lo que valoro de esta nuestra querida tierra, aún cuando existan envidias de todo tipo, nosotros siempre hemos demostrado que somos buenos en todo terreno.
Acepto el error tipográfico al escribir Celendín con la "c" minúscula, pero ya se corrigió.
Un saludo paisanos !

[Rafa - 01 de marzo de 2008 - 02:32]

Te equivocas completamente, paisano de Celendín (así, con mayúscula y tilde). Los "cajachos" no se burlan de nosotros porque nos consideran tontos sino todo lo contrario, creen que somos vivos, que descendemos de judíos y que hacemos comercio hasta en los lugares más inverosímiles, como bien consignas. Nos saben diferentes y se burlan de nosotros porque nosotros siempre nos hemos burlado también de sus pocas luces. En todo caso, es en Celendín donde siempre ha estado el espíritu y el nervio del departamento, si no pregúntenle a los "cajachos" en dónde han nacido los mejores artistas y escritores de la región en el siglo XX.