Conspiraciones
He leído más de una docena de novelas que hablan sobre conspiraciones médicas, políticas, religiosas o sociales que, tengo que admitirlo, me encantan. Sobre todo aquellas que enganchan de principio a fin, mientras se desvelan secretos milenarios, técnicas genéticas, mentiras psicosociales y timos de sectas religiosas; en una interesante mezcla donde los autores parecen desnudar al vaticano, a los masones, o a gobiernos que esconden o disfrazan intencionalmente la verdad.
Como se trata de libre literatura, siempre es de gran placer encontrar figuras como el misterio, el espionaje, la ciencia ficción y el suspenso, que no hace más que dar sazón a un sabroso trama.
Algunos autores, de los que puedo dar fe, tratan de demostrar que sus teorías son parte de algo real, y que la ficción solamente es para librarse de aquellos que los amenazan de muerte por sentirse desenmascarados. Se ha visto por ejemplo a Dan Brown opinar sobre su libro en canales educativos como Discovery y History Chanel; o he visto la persistente terquedad con la que defiende sus teorías el español J.J. Benitez.
Pero, el acabose de estas teorías, es Daniel Estulin autor de un libro denominado "El Club Bilderberg", que DEMUESTRA, con pruebas y todo, que no somos más que muñecos movidos por las cuerdas de poderosos personajes que se reúnen a planificar nuestra dócil sumisión.
La obra, consta de dos tomos, y como no soy de los que leen las cosas a medias, he tenido el coraje de leer la tortuosa teoría del primer libro, hasta el final. El segundo ya no lo leeré porque definitivamente el primero me demostró que existen de los que escriben obras como El Quijote, Los hermanos Karamasov, o Viaje al Centro de la tierra; otros que escriben títulos como: Angeles y demonios, El Códice Maya o Yo Robot, y un último grupo, ignorante o paranoico, que trata de difundir sus pensamientos pero con el discurso directo, con las supuestas pruebas basadas en recortes, en testigos "confiables" o en datos imprecisos.
La gente, desde luego incautos, como somos, creemos en todo lo que nos es ajeno y cuando vemos las referencias documentadas, caemos en el engaño: Lo que dicen no se puede contradecir.
Creo que no seré yo quien tenga las pruebas que hechen por los suelos estas hipótesis que son defendidas con tanta excitación. Hace tiempo leí un libro de Eduardo Galeano (Las venas abiertas de latinoamérica), que me parece otro inútil paranoico; éste me dejó un amargo sabor, pero no fue nada comparado con la desagradable sorpresa que tuve al conocer a alguien que defendía ciegamente sus ideas.
Por eso, dejo que cada quien sea libre de pensar como quiera, y dentro de esa libertad no puedo dejar de despreciar a aquellos que crean leyendas que son las que verdaderamente nos están sumiendo en un mundo infernal y caótico.
Finalmente, creo que la existencia de poderosos que dominan al mundo puede ser alcanzada, y, lejos de pensar en creer ser esclavos, busquemos la manera de superar porque desde luego, ignorantes como somos, siempre habrá gente que se aproveche de ello y no podremos evitarlo mientras sigamos con un velo en los ojos.
2 comentarios
Roger Abanto -
Michel Abanto -
http://es.noticias.yahoo.com/9/20090712/tsc-el-fisico-eugenio-fernandez-desmonta-cc4c324.html